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Devoción, tradición, convivencia y mucha pólvora se dieron cita en la jornada más esperada de las fiestas
Celín vivió este domingo su jornada más esperada de las fiestas en honor a San Miguel Arcángel, en la que la fe, la tradición y la emoción se unieron en torno al patrón del pueblo.
Desde primera hora, la Diana Floreada de Gigantes y Cabezudos recorrió las calles acompañada por la Asociación Músico Cultural Daliense, despertando el ambiente festivo en todos los rincones del municipio.
Al mediodía, la iglesia de San Miguel se llenó para la celebración de la Misa Mayor, presidida por el párroco Raúl del Águila. Autoridades locales, hermandades, asociaciones y vecinos abarrotaron el templo en un acto marcado por la devoción. Tras la misa, tuvo lugar la esperada bajada de la imagen del Patrón y el tradicional besamanos.
Seguía la jornada con la Feria del Mediodía y la música de la charanga Los Notas, que recorrieron las calles creando un ambiente festivo y animado a lo largo de toda la tarde.
A las 20:30 horas comenzaba la solemne Procesión de San Miguel Arcángel, que salió de la iglesia entre aplausos y el estruendo de miles de cohetes. La imagen recorrió las calles de Celín acompañada por la Asociación Músico Cultural Daliense y la Agrupación Musical Cristo del Amor de El Ejido, en un itinerario que dejó momentos de gran fervor en paisajes únicos. Especialmente emotivos fueron los instantes vividos en la calle Al-Udri, donde el tradicional disparo de cohetes de CuloVerde estremeció a los vecinos y visitantes, y en la Ermita de los Dolores, con un impresionante castillo de fuegos artificiales que iluminó la noche en honor al Patrón, además de la quema de bengalas durante el recorrido.
La jornada concluyó en la Plaza Ricardo Rubí con la Verbena Popular, amenizada por el grupo Azahara, y un último castillo de fuegos artificiales que despidió hasta el próximo año las fiesta en honor a San Miguel Arcángel de Celín haciendo un balance “muy positivo”.
Para el alcalde, Francisco Lirola, “ver a todo un pueblo unido en torno a San Miguel, con las calles llenas de fe, devoción y orgullo, de alegría y de fiesta, de un ambiente tan sano y bonito entre las familias, es la mejor muestra de que estas fiestas siguen más vivas que nunca. La emoción de la misa, el fervor de la procesión y el calor de la convivencia son la esencia de Celín”.